enero 19, 2025

En el mes de diciembre se realizan las llamadas  fiestas decembrinas, en distintas partes del mundo se practican diversas celebraciones judeocristianas como la navidad o el Hanukka. En el rito católico por ejemplo, se celebra la Navidad, del latín nativitas, “nacimiento”; se trata de una festividad anual que conmemora el nacimiento de Jesucristo cada 24 de diciembre. Las fiestas decembrinas son importantes porque marcan el final de un ciclo y el comienzo de uno nuevo.

Estas celebraciones tienen su origen en la Europa medieval y llegan a México por la irrupción ibérica al continente americano. En México, esta celebración navideña va acompañada de tres elementos distintivos: las posadas, los villancicos y las pastorelas, todos evocan la peregrinación de José y María y el nacimiento de Jesús. Debe subrayarse que en estas evocaciones el pastor es la figura clave en el desarrollo del argumento escénico y musical. En este texto se tratará de manera puntal y general, algunas de las características de estas manifestaciones.

En la Biblia, el pasaje que narra el nacimiento de Jesús se encuentra en el Nuevo Testamento, en Mateo 1:18-2:15. En este pasaje se relata que estando María en cinta,  se promulgó un edicto de parte del emperador  Augusto César, para que todos los habitantes fuesen empadronados a su lugar de origen y siendo José de la ciudad de Belén, tuvo que salir de Nazareth, esto propició el peregrinaje.

María y José tuvieron que caminar un largo recorrido de Nazareth a Belén y en la condición de María, el viaje se torna incómodo; llegaron al lugar, en la ciudad de David, pero ya estaban ocupadas todas las posadas por personas, que al igual que ellos, acudieron a empadronarse. Al no encontrar lugar para dormir, llegaron a una cueva de los pastores, donde nació el Niño Jesús, el cual fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre. El Niño Dios pronto recibió el homenaje de los pastores y posteriormente, llegaron los Magos de Oriente a rendirle pleitesía.

El hecho de que los pastores hayan sido los primeros en presentar su respeto  es significativo y tiene su origen en la tradición hebrea. En el Antiguo Testamento, el Dios de Israel se compara con frecuencia con un pastor, como se sabe, Jesús era hebreo, entonces, el pastor no es solo aquel que se ocupa de un rebaño, en  sentido figurado, el pastor se ocupa de los cuidados y alimentación espiritual de una grey, es decir de un rebaño, que no es otra cosa que los feligreses. Entonces, la figura del pastor tiene un sentido simbólico, de acuerdo con la Iglesia cristiana, el papel de Jesús en la tierra es difundir y predicar una doctrina que va a permitir a sus feligreses seguir su ejemplo y al seguirlo, se proveerá la salvación de sus almas.

En consecuencia, en la religión cristiana el viaje de la Sagrada Familia y el nacimiento de Jesús es un acontecimiento histórico considerado sagrado, que al momento de ser repetido se vuelve perenne y real. Mientras que el tiempo histórico puede ser finalizado, el tiempo sagrado mítico no, es regenerado e instaurado por la repetición, no se queda en el pasado, está en el presente y en el futuro. Es a través de los arquetipos que las sociedades expresan una repetición de la creación; el nacimiento de Jesús es un hecho originario que solo al repetirse se hace realidad.

Así pues, las posadas son celebraciones religiosas que tienen su génesis en las novenas católicas, del latín novem, nueve, se trata de una devoción pública o privada que durante nueve días consecutivos, los feligreses rezan por algún propósito específico. De igual manera, se preparan para la celebración de una fiesta importante. En este contexto, las posadas son una celebración de nueve días que comienzan el día 16 de diciembre y terminan el día 24, día el nacimiento de Jesús.

En la tradición mexicana, esta celebración se caracteriza por ciertos elementos distintivos, como los villancicos, la piñata y las pastorelas.  Las posadas se pueden realizar en los centros religiosos, en los barrios y en las casas, se comienza con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas con personas que llevan las imágenes bíblicas que son los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos, uno entra a la casa y el otro pide posada evocando a San José y la Virgen cuando llegaron a Belén. Véase figuras 1,  finalmente, los peregrinos reciben la admisión por parte del grupo que se encuentra en el interior. La fiesta sigue con el canto de los villancicos y la rotura de la piñata en forma de estrella de siete picos, que al parecer, también tiene una simbología, por último se dan los «aguinaldos.

 

Novena para los nueve días de jornadas en honor de los santos peregrinos José y María, con la letanía de María Santísima, oraciones para las nueve noches, versos para pedir y dar posada, letanía al Niño Dios y el nuevo rorro. Impresión, Antonio Vanegas Arroyo. Colecciones Digitales del Instituto Ibero-Americano. https://digital.iai.spk-berlin.de/viewer/image/828244898/1/#topDocAnchor

 

Los villancicos tienen una larga tradición que se remonta al Medievo, son canciones pastoriles cuyo origen son los cantos de los aldeanos que vivían en las villas. La letra y la tonada era la combinación de un estribillo con unas coplas de temas profanos muy variados, poco a poco se incorporan los temas religiosos,  ya en los ss. XV y XVI los temas religiosos estaban relacionados a las festividades de Corpus Christi o al nacimiento del Niño.

De acuerdo con Martha Lilia Tenorio, el villancico llega a Nueva España con una forma literaria y musical definida y con una temática religiosa notoria. En las nuevas tierras muy pronto se registra el uso del villancico en el teatro de evangelización, los maestros de Capilla eran los encargados de su creación para cantarlos en las celebraciones de Corpus y de Pascua; ya en 1599 se tienen documentados dos villancicos en lengua náhuatl dedicados a la Virgen: “In ilhuicac ahuapille” y “Dios itlazonantzine” (Tenorio; 1999). Por otra parte Fray Motolinía señala que: “[los] mancebos… han ya puesto en canto de órgano villancicos a cuatro voces y los villancicos en su lengua y esto parece señal de grande habilidad, porque aún no los han enseñado a componer ni contrapunto” (Memoriales, s.XVI, cit. en Serna, 2014).

Como se observa, los villancicos tuvieron mucho éxito a la venida de los españoles,  sus estrofas nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo. Estos cantos están dotados de elementos locales y el personaje que mantiene una fuerte presencia en este género musical es el pastor, pues como se ha señalado, fueron los pastores  los primeros en llevar presentes y en adorar al Niño dios.

Los villancicos populares hablan de la gente común, las características regionales de las letras son un elemento muy distintivo, por ejemplo en los villancicos andinos se puede ver claramente. En el villancico “Cholito, toca y retoca” de María Dolores Pradera se canta: Cholito toca y retoca el tambor y la quena, bebe pisco, masca coca que esta noche es Nochebuena, y, además, cholito está llorando con un llanto muy sentido porque el niñito Jesús en el Perú  ha nacido. En otro villancico andino (Llegaron ya los reyes eran tres, canción de Martín Calvo), los pastores llevan al Niño Dios un poncho blanco de alpaca real.

En el huayno de origen cuzqueño la virgen lavaba se canta en quechua y en español, la estrofa en español dice: la Virgen lavaba, san José tendía y el niño lloraba del frío que hacía, otra estrofa dice: pues aquí le traigo una camisita para que con ella cubra su cuerpito. Al parecer esta canción tiene su origen con una canción de cuna italiana, donde la primera estrofa es idéntica.

En el villancico “En el portal de Belén”, de España, los gitanillos han entrado y al niño que está en la cuna la mantilla le han robado. La imagen popular del gitano ladrón se registra aproximadamente alrededor de siglo XV y ha perdurado hasta nuestros días. Por último en el villancico rin, rin, también español, dice: hacia Belén va una burra cargada de chocolate; lleva su chocolatera, su molinillo y su anafre, para colmo, han entrado los ratones y al bueno de San José, le han roído los calzones.

Los villancicos son como se observa, canciones con letras sencillas y a veces jocosas, generalmente, el estribillo que acompaña y caracteriza es una tonada alegre lo que permite recordarlos y aprenderlos fácilmente. Además, como se mostró, algunos han incorporado elementos de otras latitudes no existentes en su origen, ejemplo de ellos son el poncho de alpaca real, el chocolate y el molinillo, sin embargo, todas estas canciones de una u otra manera, aluden al nacimiento de Jesús, lo que nos hace revivir aquel momento sagrado.

Como se ha referido, en Europa la costumbre de organizar representaciones del nacimiento de Jesús es muy antigua, la razón, una lucha antiherética. En el Medievo, Occidente vivió dos hechos significativos que marcan un quiebre y una renovación en la religión cristiana, los movimientos mesiánicos del siglo XIII y el Renacimiento en el siglo XV, en ambos acontecimientos se llevaron reformas que repercutieron en todas los ámbitos de la vida social y por supuesto en el religioso. En este sector se llevaron a cabo nuevas tareas para predicar la doctrina cristiana, un ejemplo son los Autos Sacramentales, cuya existencia se documenta desde el siglo XIII. Son obras dramáticas breves donde intervenían por lo general, personajes bíblicos y se realizaban en las festividades de Corpus Christi y en la Navidad.

Las pastorelas son herencia de estas representaciones y convine subrayar que tanto en España como en Perú, existen versiones con variantes en el nombre, pastoradas y pastoreadas respectivamente, ambas son representaciones teatrales y están relacionadas con temas religiosos, por lo que el género y el nombre no es propio de México.

En México, las pastorelas tradicionalmente se representaban como intermedio o al final de las posadas; son herencia de los diversos métodos de evangelización que los frailes utilizaron en el Virreinato. En Europa el teatro formó parte de la vida social y eclesiástica, pues no solo fue un instrumento de divertimento, sino que también, fue un medio eficaz para propagar la fe católica. En el nuevo Mundo los predicadores se auxiliaron de la atmósfera teatral ─por medio de imágenes─ para facilitar la labor de la enseñanza de la Doctrina. A través de la actuación, se incluyó al indígena en distintas representaciones teatrales desempeñando diversos personajes religiosos y bíblicos, gracias a esta forma de entretenimiento,  la sociedad nativa asimiló la religión católica.

Así que, las pastorelas son representaciones teatrales y tradicionalmente, los personajes encarnan la lucha entre el bien y el mal; las obras varían dependiendo del contexto y la región del país en donde se realizan.

Lucha entre Lucifer y el Arcángel San Miguel. Fragmento de un nacimiento mexicano. Fomento Cultural Banamex.

Es relevante destacar que en México existen dos tipos de pastorelas muy particulares, la representación citadina que se lleva a cabo en un escenario teatral, donde participan actores profesionales dirigidos con un libreto especializado y la pastorela indígena y rural, cuyos participantes carecen de una formación actoral y por el contrario, se realizan en las colonias, barrios, explanadas o atrios de las iglesias, además en la mayoría de los casos, las personas intervienen para pagar una manda, por lo que estas pastorelas tienen más un sentido ritual.

La primera pastorela que se tiene documentada pertenece al siglo XIX y se trata de La Noche más venturosa de José Joaquín Fernández de Lizardi, aunque se tienen registros que desde mediados del siglo XVIII ya existían distintas puestas en escena navideñas, el género era muy diverso, drama pastoril, coloquios, coloquios de pastores o coloquios de indios, entremeses para las posadas, etc. fue tanta la diversidad de estas representaciones que llegó a ser considerada una escenificación clandestina y pese a las prohibiciones, continuaron (Aracil; 2004). Fue el siglo XIX el periodo de mayor auge y donde el género adquiere su nombre.

En la actualidad, las pastorelas que se han hecho muy populares en el país son las representadas con un matiz cómico, en éstas el personaje del pastor lo interpreta el “indito”, figura que se incluyo en los entremeses de las posadas a finales del siglo XVIII por su manera de hablar. Estas representaciones se restringen solo al periodo navideño que por lo regular es del 16 de diciembre al 6 de enero.

Las pastorelas cómicas se presentan en forma dialogada, comúnmente en verso, razón por la que antiguamente se les llamó coloquios. Están adaptadas a cada época del año, sin perder la esencia religiosa y recurriendo al humor característico de la sátira mexicana que resulta  agradable para los espectadores, narran las aventuras de los inditos (pastores) en su camino (ruta a Belén) hacia el nacimiento de Jesús. En el  trayecto, los peregrinos se verán en aprietos al enfrentar de manera graciosa las tentaciones y el pecado (la lucha del bien y el mal), representados por Lucifer y los diablos, no obstante, tras una batalla entre el Arcángel San Miguel y el demonio, donde sale vencedor el Bienaventurado, los pastores logran cumplir su objetivo.

Nacimiento mexicano. Fomento Cultural Banamex

Grosso modo, se ha presentado un panorama general que nos permite conocer un poco del contexto y los orígenes de tres manifestaciones culturales que tienen su origen en un hecho sagrado, las posadas, los villancico y las pastorelas. El cristianismo como práctica cultural, está conformado por un patrón de creencias y valores que solo se sostiene por la evocación y la costumbre de sus ritos fundacionales.  Lo sagrado se encarna en las representaciones colectivas y sus arquetipos transmiten a través de la repetición el acto cosmogónico, como lo fue el nacimiento del Redentor.

 

Zandra Velasco

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Referencias bibliográficas

Mateo 1:18-2:15 TLA – El nacimiento de Jesús – Así fue como nació Jesús, en:https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%201%3A18-2%3A15&version=TLA

Aracil, Beatriz. Fiesta y teatralidad de la pastorela mexicana. México. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México; 2004.

Benavente, Toribio, fray de. Historia de los Indios de la Nueva España. Edición, estudio y notas de Mercedes Serna Arnaiz, y Bernat Castany Prado. Real Academia Española, Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, Madrid; 2014.

Tenorio Trillo, Martha Lilia. Los villancicos de sor Juana. México. Colegio de México; 1999.

Novena para los nueve días de jornadas en honor de los santos peregrinos José y María, en: https://digital.iai.spk-berlin.de/viewer/image/828244898/3/LOG_0003/

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